sábado, 21 de abril de 2012

¿Dónde Vamos?


Estaba demasiado caliente, sentía mucho calor, parecía que estaba en medio de un incendio. Poco a poco comencé a abrir los ojos, pude ver que estaba rodeado de llamas “¡fuego…!”. Estas llamas no eran unas normales “¿llamas… negras…?”.  Frente mío las llamas comenzaron a separarse, a los pocos instantes una sombra comenzó a acercarse. Lentamente se acercaba, antes de pasar el umbral de las llamas comenzó con su mano a tocar las llamas y seguir el paso de estas.
     Las llamas comenzaron a desaparecer conforme él avanzaba. Al extinguirse las llamas por completo él comenzó a acercar donde yo estaba. No podía ver nada solo podía escuchar sus pasos. Me tomó fuertemente del pecho y me jalo, de su mano apareció una gran llama negra, se acerco para poder reconocer su rostro. Era él, el culpable de perder a Lorin, el quién asesino a mis tres compañeros de clase, el que por su culpa no puedo vivir una vida normal… “¡Guardián…!”. Con su mano en llamas me tomó fuertemente del brazo, y con una risa escalofriante comenzó a desvanecerse.
     Desperté retorciéndome del dolor, me encontraba en la casa del guardián con Javier y Mary. Ellos estaban en al otro extreme, Javier se encontraba echado y Mary lo estaba consolando. No quería interrumpir su escena de romance, ya que en estos últimos tiempos ellos decidieron dar el siguiente paso de la amistad, así que solo hice un gemido de dolor para que vean que ya estaba despierto.
     Mary se percató y comenzó a acercarse donde me encontraba, pude darme cuenta que Javier estaba seriamente lastimado, su brazo y medio pecho estaban vendados. “Al fin despertaste, me estabas preocupando mucho… ¿qué te paso en el brazo…? ¿Cuándo… cuándo te lo has hecho?” Comencé a contarle a Mary lo que había pasado en mi sueño, su rostro solo mostraba terror, ¿cuándo él iba a parar de hacerme la vida imposible?
     “Mary… ¿Por qué estoy atado?” recién me percate de mis manos y piernas estaban atadas. “¿es qué no te acuerdas lo que pasó ese día? – hice un gesto de negación – Lo siento mucho pero es por la seguridad de nosotros, solo mira cómo esta Javier” Volví a echar otra mirada a mi amigo que estaba tendido en la cama casi todo vendado.
     Mary me comenzó a contar lo que sucedió aquel día, digo aquel día porque estuve en coma por más de un mes. Según Mary, luego de que yo perdiera la conciencia el Guardián había aparecido, mi cuerpo actuaba como él y mi voz sonaba como la de él. Despiadadamente el guardián no dudo en atacarlos y ya que estábamos a poco de saber cómo por fin deshacernos de él, y era Javier quién sabia ha donde debíamos ir para ponerle fin a este. Esta fue la razón por la que mi cuerpo, manipulado por el Guardián, lo atacó descabelladamente hasta que pierda algo de movilidad y también era la razón por la que me encontraba atado de brazos y piernas. Ahora corrijo lo dicho hace un rato: “¿cuándo él iba a parar de hacernos la vida imposible…?”

(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)