“La respuesta
tú ya la has tenido…” fueron las últimas palabras del padre, pero de qué
respuesta me hablaba, no podía entender. El Guardián estaba manejando mi cuerpo
a su antojo, era él y no yo. Me encontraba como un espectador, solo podía
visualizar lo que pasaba mas no podía realizar alguna acción.
“¡¿Por qué… por qué hiciste esto?!” Javier
estaba gritándole fuertemente a Sergio mientras que el estaba siendo atendido
por Mary, ya que por el gran empujón del Guardián, había terminado con heridas
graves. Mi cuerpo se había relajado, algo estaba tramando el Guardián “Lo has
hecho muy bien Sergio…” en un abrir y cerrar de ojos tiro a mis amigos, dejando
solo a Sergio delante de él “Has sido un gran actor Sergio, en tu sangre esta
ser un traidor, no debes preocuparte por eso. Y ahora te daré tu recompensa, lo
que tanto querías. A lo que te rebajaste, a lo que tanto suplicabas, a lo que
por eso pusiste en peligro a tus amigos… Te daré tu PAZ…” Tomó del cuello a
Sergio y lo alsó, pude sentir que estaba preparando su otra mano para poder
apuñalarlo “sin dolor…”, ¿Qué clase de paz era está?, Sergio iba a morir… Él no
era una de las personas por la cual yo admiraba o quería tanto, pero era un ser
humano, con sus errores o no, yo no podía hacer eso. Tenía que hacer algo. “¡nooooooo…!”
mi grito resonó por toda la habitación, mi cuerpo se quedó inmóvil, ni uno de
los dos lo controlaba. Fui ahí cuando comenzó…:
Me encontraba fuera de la iglesia, esta se
veía un poco más antigua, y el panorama era distinto. Un padre, sin percatarse
de mi presencia, pasó por mi costado, él era… él es… el Padre del Guardián.
El Padre se acerco a un pequeño niño que
se encontraba lamentando se, sentado, frente a la puerta de la iglesia “no
debes de estar triste hijo… algún día… solo se paciente…” no entendía a donde
iba la conversación, pero el niño seco sus lagrimas y le respondió “yo no pedí
esto… y estoy dispuesto a todo. Por favor inicie de una vez…”
El panorama volvió a cambiar, ahora me encontraba
en una especia de sótano, había seis grandes piedras en forma vertical formando
un hexágono y en el centro un circulo, dentro de este una estrella de seis
puntas, las cuales coordinaban con cada punto abierto del hexágono. “¿El Templo
del Sol?” preguntó desconcertado el niño al padre “Exactamente, estas parado sobre
tierra sagrada” el niño volvió a preguntar “pero entonces… siempre lo estamos,
ya que estamos bajo la iglesia…” el padre se asombro y le acaricio los cabellos
“Muy bien… es por eso que esta iglesia perdura en el tiempo, al igual que yo”
el niño le devolvió una sonrisa al padre, pero luego sus dudas volvieron “pero ¿cuál
es el fin que me haya traído aquí?” el padre, parecía no saber que responder,
cambio de expresión y dijo “No hay nada de malo en conocer… ¿sabes…? Esta es mi
primera vez aquí yo recién me entro que existía aquí, y le debo mucho al Templo
ya que una vez salvo mi vida... Y puede que un día salve la tuya” el padre pareció
percatarse de mi presencia ya que su vista en su última palabra no era hacia el
niño sino hacia mí.
La escena comenzó a desvanecerse y otro apareció.
Me encontraba en un gran cuarto lleno de camas, en una de ellas casi al fondo
del cuarto, se encontraba el niño con la cabeza entre las piernas llorando “¿Por
qué… por qué… por qué me hace esto?... Si yo… si yo hago todo por él, he estado
con él, entonces… ¡¿Por qué me deja aquí abandonado?!” comenzaba a lamentarse
el niño, pero ese lamento no se convirtió en mas tristesa, su mirada había
cambiado, lo que ahora habia aparecido era la ira y el odio “Yo lo estimaba, lo
quería, quería ser como él pero ahora… ahora… debo de dejar eso de lado, jugo
conmigo, todos tenían razón, solo usa a los niños, y conmigo jugó peor que con
un muñeco… lo debo… debo de… debo de ¡ACABAR CON ÉL!”
Ahora me encontraba en la biblioteca junto
al niño, este estaba leyendo un gran y antiguo libro llamado El Libro Del Ángel
Caído “Encontré la página donde estaba la imagen de la cicatriz que me hizo,
encontré el porqué no se separaba de la daga, el porqué necesitaba huérfanos,
el porqué hacia esa rito, y lo mejor de todo encontré lo que quería… ¡Vencerlo!”.
Recién pude darme cuenta, en este entonces él ya tenía esa cicatriz, cuando vi
al padre en el Templo tenía la daga en sus manos, entendí porque tantas camas
en un solo cuarto, y ahora sabía una forma de vencer… Tengo la respuesta, la
tengo… pero eso quiere decir que este niño es… El Guardián…
Rápidamente la escena cambio, tras de mi
podía ver el gran cuarto lleno de camas, pero frente de mí me encontraba en un
pequeño cuarto oculto delante de este. El niño se encontraba orando, en un
lenguaje que no se entendía. Iba retrocediendo paso a paso hacia el cuarto
oculto, y el padre cautelosamente lo seguía. Llegaron al cuarto y ambos estaban
frente a frente “¡No lo hagas…!” dijo el padre pero fue tarde, el niño lo había
apuñalado justamente en el sitio donde tenía su cicatriz. Ambos cayeron al
suelo. Luego de unos momentos el niño había despertado y comenzó a matar a
diestra y siniestra a todos los presentes, para ultimo volver acercase al padre
y decirle “Padre, espero estés orgulloso de este hijo tuyo”. Volvió a coger la
daga y lo apuñalé directamente al corazón “Estoy muy orgulloso de ti hijo mío…”
fueron las palabras del padre. El niño comenzó a enloquecer y terminó la escena
diciendo “yo me convertiré en… ¡DIOS!”
Había vuelto al despacho del Padre, donde
estaban Mary, Javier y Sergio. Mi cuerpo seguía sin responder. Mary, derramando
lágrimas, se acerco a mí y con una gran bofetada que me dio dijo “¡Despierta…! Solo
tienes 5 minutos… por favor despierta” calló desvanecida. Pero la gran bofetada
y sus palabras ocasionaron que mi cuerpo vuelva a obedecerme “Sé cómo detenerlo…
tenemos que apresurarnos, Mary dame la daga y síganme” Mary saco rápidamente la
daga que tenía en su mochila, y me la dio. Todos dejamos todo tirado, lo único importante
era la daga y otro peso inútil que nos retrase era en vano. “¿Qué es lo que te
paso?, ¿cómo es que sabes cómo terminar esto?, ¡no te das cuenta que estuviste más
de dos horas inmóvil!” Javier quería respuestas pero era corto el tiempo, 4
minutos y todo se acababa, “El padre tenía razón, yo ya tenía la respuesta.
Tenemos que llegar rápido al sótano”
Ya llegando al sótano, tome la daga y comencé
a sujetarla como si fue un crucifijo y comencé a orar, la misma oración que
había realizado el Guardián cuando mató a su padre. 3 minutos, y llegamos al
Templo, les pedí a Mary. Javier y Sergio que se pongan en algún rincón y que
cuando pase algo grave solo corran y me abandonen…
Me pare justo al centro de la estrella, con
la daga en la mano, yo ya sabía lo que tenía que hacer, 2 minutos. La oración había
finalizado, las piedras comenzaron a brillar… Alcé lentamente mi brazo con la
daga en mano, y el maldito Guardián me detuvo “¡Que no se te ocurra, mocoso…!”
nuevamente mi cuerpo quedo sin movimiento ni control de ni uno de los dos. Sergio
se encontraba en una esquina, temblando, sin saber qué hacer, de eso se
aprovecho el Guardián “Sergio… ayúdame, sabes que puedo hacer lo que tú quieras.
Puedo traer a esa persona que tanto querías que este ser desagradable te
arrebato, este mocoso que te hizo sentir el odio y tener sed de venganza… puedo
regresarte a Lorin…”, 1 minuto, Sergio tu… es fue por eso que nos traiciono, tu
no me tenias miedo, me tenias odio… Tú también te enamoraste de ella… Sergio
abrió los ojos, se había quedado también paralizado luego de ver lo que
sucedió.
De una de las rocas había apareció Lorin,
era ella, Sergio se asombro corrió tras ella “Te lo dije Sergio, te la puedo
traer de regreso y también podrás acabar con este mocoso…” Mary y Javier
trataban de hacerle reacción a Sergio, que lo que estaba viendo no era más que
una ilusión “Sergio, por favor… ayuda a nuestro Guardián, hazlo por nosotros,
así estaremos juntos. Nadie nos separará jamás…” comenzó a decirle Lorin,
Sergio calló, no reaccionaba, no sabía, no pensaba, era un títere, se levanto y
fue dando paso a paso… poco a poco acercándose a mí. Mary y Javier trataban de
frenarlo pero era imposible. Se paró delante de mí, últimos segundos, tomo mi
mano, donde estaba la daga, “yo también sé lo que debo de hacer ahora… gracias”
bajo la daga, sin sacarla de mi mano, y me apuñaló directo al corazón. Los
gritos de Mary y Javier se escucharon por todo el sótano y Lorin comenzó a desvanecerse,
las rocas comenzaron a brillar a un mas y una gran explosión hizo que Mary,
Javier y Sergio salgan disparados fuera del hexágono.
Mi sangre comenzó a recorrer el camino de
la estrella y cada poco de esta fue sellando el hexágono, otra luz resplandeció
y luego todo se oscureció. Mary, Javier y Sergio sintieron un dolor punzante en
el estomago, se fijaron y las cicatrices habían desaparecido, y luego estaba yo
aún tendido, una especie de barrera prohibía el paso a mis amigos, Javier
comenzó a desquitarse con Sergio por lo sucedido, pero de pronto comencé a
levantarme, me retire la daga y la herida rápidamente cerro. Comenzó a salir
fuego de mi mano y tuve que destruir todo el Templo. Me estaba acercando hacía
donde estaban mis amigos, pero ellos con miedo en los ojos, no se podían mover.
“Soy yo…” les dije y Mary rápidamente dijo “Tienes un ojo rojo… se parece a los
grandes ojos rojos de él… del Guardián” sonreí y le respondí “Algunos remedios
no te dan la cura, algunos suelen darte la enfermedad en sí… Vengan vamos, volvamos
a casa, todo ya ha terminado…”
(Esta historia
es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)