Luego de que
Javier nos contara su historia, a Mary y a mí, ya teníamos el lugar indicado al
cual acudir, donde si o si encontraríamos una respuesta. Nos dirigíamos a Cusco…
Ya estábamos listos para partir. Mary
había preparado una maleta llena de alimentos y con algunas cobijas, ya que eso
era lo indispensable para poder sobrevivir. Javier, algo recuperado, se tomo
cargo de las medidas de seguridad, en pocas palabras de mí. Habían atado mis
manos y brazos y me pusieron una gran chompa para que no se notara las cuerdas
y no parezca extraño que dos jóvenes viajen con otro que esta amordazado.
Luego de revisar todo como tres veces, ya estábamos
listos, según Mary. Muy caballerosamente Javier abrió la puerta para que Mary,
con la maleta en la espalda, pueda salir. Lo que ni Javier y yo se esperaba,
era la reacción que tubo Mary al poder ver tras la puerta.
Mary se había quedado como estatua parada
frente a la puerta sin poder creer lo que estaba viendo. A los pocos segundos
volvió en sí, rápidamente, con lagrimas en los ojos, corrió a abrazar a la
persona que se encontraba parada pasando el umbral. “¡SERGIO…!” grito entusiasmando.
No me acordaba que el chico que estaba
parado frente a la puerta dudando si tocar o no tocar era uno de los chicos que
nos dio la espalda hace tiempo y prefirió hacer otra vida fuera de nosotros.
Parece que Mary lo dudo un momento pero sus sentimientos fueron más fuertes que
olvido todo lo pasado y solo fue a abrazarlo. Javier seguía parado junto a la
puerta sin creer lo que veía, los miraba a Mary y Sergio y luego me miraba a mí,
él tampoco sabía que pensar.
Retrasamos el viaje unas horas y dejamos
pasar a Sergio para que nos dé una explicación, o mejor dicho para que nos
cuente que estuvo haciendo, como había estado y porque había vuelto.
“Me siento muy apenado por todo lo que
paso, lamento haberlos abandonado en un tiempo donde me necesitaban – las lágrimas
no le tardaron en aparecer, tal parece que estaba hablando con toda sinceridad –
no viví una buena vida esta tiempo que estuve lejos de ustedes, por ahora no
les puedo contar lo que pase pero… – se le apago la voz, Mary muy precavida le
había servido un vaso con agua para que no se le secara la garganta al hablar –
estoy aquí porque… – comenzó a temblar, Javier no parecía muy convencido se
encontraba algo serio y solo trataba de escuchar lo que le parecía importante –
estoy aquí porque presiento que ustedes van hacer algo para acabar con él –
todos nos sorprendimos, a Mary se le cayó el vaso de agua que estaba
sosteniendo. Todos, sin excepción, sabíamos a quien se refería pero… ¿cómo él
supo eso? – ¿es… es verdad? – insistió, algo ya interesado Javier asintió –
enton….”
Esta conversación fue corta pero muy nociva,
Sergio no se fue con mucho relleno y trato de ir directo a lo que quería, aun
me quedaba la duda de cómo él sabía, en ese momento Javier corto su
conversación y preguntó “¿Cómo estas enterado de esto?” mirándolo fríamente a
los ojos esperaba su respuesta “Hace un par de semanas que tengo pesadillas con
él – Javier hiso un mohín, a lo que Sergio sin hacerle caso continuó – en una
de estas pesadillas aparecieron ustedes, Mary y Javier – fijo su mirada
conforme prenunció los nombres – habían sido atacados por él – me señalo con su
dedo – creí que era mentira pero el sueño era continuo, los veía sufriendo – Mary
y Javier se miraron las caras, Sergio había visto lo que pasó ese día – vine para
ver como estaban, pero al ver por la ventana los vi junto a él – volvió a
señalarme – como si nada hubiera pasado – el Guardián me esta destrozando los
sueños, no deja de torturarme en estos, ya casi no puedo dormir – se le notaba
por su piel blanca las grandes ojeras que tenía por las noches desveladas que
habría pasado – es por eso que intuí que ustedes tenían un plan o algo parecido…”
La mirada de Javier había cambiado, Mary
no dejaba de verme. Estaba quedando yo como el malo de la película, pero
inteligentemente Javier espero un momento a que Sergio vuelva hablar para saber
la razón por la que yo los había atacado. Luego de un tiempo Javier me giño el
ojo y hablo “Es verdad lo que dices, nos atacó pero el que nos ataco fue el
Guardián, que por un error mío esta dentro de él. Justo nos dirigíamos al lugar
de su origen, donde estamos en la certeza que de encontraremos una respuesta, y
esta nos pueda llevar a su destrucción… – dejo de hablar y espero a ver qué
pasaba o si Sergio agregaba algo mas, pero lo único que se pudo ver era el
cambio de mirada de Sergio, se había secado las lágrimas y su mirada era de
confianza – así que ahora te vuelvo a preguntar… ¿Vienes con nosotros?”.
“Estaré con ustedes lo que resta de mi
vida…”
(Esta historia
es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)