sábado, 29 de septiembre de 2012

El Misterio de los Elementos


No me había dado cuenta hasta ahora, pero la casa había cambiado mucho en estos últimos años, los chicos sí que hicieron un buen trabajo tratando de mejorarla. Nos encontrábamos en el comedor, en una mesa de forma circula y con el libro en el centro de esta. Javier había encontrado algo que podía ser de ayuda, como la tenue luz del cuarto oculto no nos ayudaba a leer nos cambiamos a un sitio más iluminado, el comedor.
     “El misterio de los elementos – comenzó a leer Sergio – arte oscuro que se originó en los principios del V. Realizado por antiguos sacerdotes, quienes sacrificaron parte de su alma a una gran condena para la obtención de este poder. Fuego, Agua, Aire y Tierra son los elementos principales que manejan y están presentes en el mundo cotidiano, la dominación de estos en una misma persona es imposible. Los…” Aún no nos daba una explicación lógica solo estaba relatando lo que en si este era y como inició “No nos está ayudando en nada, ¿no hay algo que diga porque una persona lo adquiere o cómo?”
     Sergio comenzó a buscar algo, se tardo unos pequeños minutos en encontrarlos “¡Aquí esta! – todos le hicimos un gesto para que empezara a leer – Adquirir solo uno de estos elementos puede costarte la desmaterialización de tu cuerpo humano, así como pagar con tu alma. Para adquirirlo se necesita un rito especial, que esta secretamente guardado solo los dignos, quienes encuentren la respuesta, lo adquirirán… – Sergio hizo un pausa buscando algo más que se relacione conmigo – Uno persona también puede adquirir un elemento derrotando, en una lucha limpia, al poseedor de uno…”
     Esa era la respuesta, yo lo había derrotado a él sin ayuda en una lucha limpia, fue por eso que yo… “Yo poseo el Fuego”
     Tras, Sergio, haber dicho eso Javier y Mary comenzaron a sacar sus conclusiones, y yo ya tenía la mía… “Qué lindo tercer regalo por tus dieciocho, ¿no?” dijo Mary al no saber que más decir. Estos dieciocho años me trajeron muchos regalos, los cuales yo nunca esperaba: Una casa propia de gran tamaño, el esfuerzo de mis amigos por preparar un pastel y mostrarme que no estoy solo, y por último, el Fuego que me lo dejo la persona a la cual le despreciaría un regalo así este esté agonizando.
     Se hacía tarde, y lo único que quería por ahora era descansar y pensar en todos los regalos que adquirí hoy, y esperaba que estos sean los únicos…
     Me despedía de mis amigos y salí de la casa tras ver el cielo gris de hoy en día, pero alguien me esperaba tras con una mirada de odio, que con solo ver a cualquiera podía matarlo con la mirada…
     “¡Tú! – me señaló – ¡Asesinaste a mi PADRE!”

(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)

sábado, 22 de septiembre de 2012

Encontrados


Salimos rápidamente de la casa en dirección a la casa donde estaban viviendo mis tres amigos. Algo muy raro había llamado mi atención al momento de salir. Una joven chica se encontraba frente a mi casa viéndonos a mis amigos y a mí, pero su rostro no demostraba alguna clase de nostalgia o cariño, el odio se le podía ver marcado en los ojos…
      “¿Quién era ella?”, no le tomé mucha importancia y tampoco me pareció conveniente decirles a mis amigos, así que solo corrí junto a ellos hacia la casa. Llegamos lo más rápido posible y Javier me ayudó abrir la puerta oculta que se encontraba en la escalera, Mary y Sergio se sorprendieron, ya que era la primera vez que se enteraban de este cuarto oculto.
     El libro no estaba escondido, estaba a la vista de todos apenas se entraba al cuarto, aunque Javier, Mary y Sergio no se percataron de este “Siempre el mejor escondite es el más obvio”. Sacando un par de libro de su encima, por fin, todos vieron el libro. “¿Cómo… cuándo… lo conseguiste?” Preguntó Mary sin saber cuál iba a ser la mejor pregunta. “fue cuando estaba peleando con él, al final el libro apareció junto a mí, este libro se encontraba en la biblioteca escondido pero en el momento del derrumbe… no sé pero parece que vino a mí” Mary quedó algo dudosa al escuchar la respuesta “pero.. ¿Cómo sabías que estaba en la biblioteca?” no quería sonar como loco pero no había otra respuesta que pueda tomar para no sonar así “Justo cuando mi cuerpo no reaccionaba, yo no me encontraba ahí, o bueno sí mi cuerpo pero yo no – mis tres amigos se miraron las caras - ¿cómo podría explicarlo?... ¡Mi espíritu! Si mi espíritu se encontraba en los recuerdos de él y ahí fue cuando vi que él usó este libro” pareció que mis amigos entendieron un poco, pero aun así no estaban del cien por cierto seguros “a ti sí que te suceden cosas extrañas” muy optimista se había vuelto últimamente Sergio, pero su comentario puso en la cuenta a Mary y Javier, quienes junto a mi pasaron historias muy extrañas para unas personas comunes y corrientes.
     “Bueno, ¿qué estamos esperando? Abre el libro y fíjate si hay algo con lo que te está pasando” Javier era de poca paciencia, pero en este punto no sabíamos que iba a suceder, este libro de por sí ya era sumamente extraño y malo. “¿Por qué recién ahora me pongo a pensar en las consecuencias?”. Tenía el libro en las manos y las dudas que no me dejaban abrirlo “¡ábrelo de una buena vez…!” la impaciencia de Javier hiso que este me quitara el libro de las manos y este lo abriera…

Sin darse cuenta los jóvenes había encontrado un nuevo problema, el joven tenía razón había algo malo con este libro y este tenía una gran consecuencia al ser abierto. Una gran luz, invisible para los ojos de los jóvenes salió del libro en dirección al cielo sin fin… “Los encontré…” la pequeña figura de una joven encapuchada se encontraba cerca de donde emanaba la luz, una gran sonrisa apareció en su rostro… pero no solo en esta pequeña joven, había otros más quienes se encontraban más apartados del libro…

(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)

sábado, 15 de septiembre de 2012

Fuego


“No estoy loco, les hablo enserio, no quiero hacer esto. Sé que va a pasar algo malo” era lo que les repetía a mis amigos, una y otra vez, pero estos creían que le estaba jugando una especia de broma < ¿desde cuando yo les he gastado una broma de mal gusto? >
     “creo que deberías de dejar de ser tan mezquino y celebrar tu cumpleaños como se debe” comentaba Mary.
     Esa mañana había despertado hiperventilado, me encontraba sudoroso y algo nervioso y aun más sabiendo lo que podría pasar. Me senté en la cama, para recuperar algo de aliento, a lo que Javier, Mary y Sergio caminaron hasta ubicarse delante de mí y sentarse en el piso poniéndome la torta muy cerca.
     Cada vez que la escena iba transcurriendo con forme a mi sueño los nervios se me aceleraban aun más. “No nos puedes hacer un desaire, después de todo lo que hemos hecho para que esto – señalo la torta – salga perfecta” Mary aun continuaba algo insistente. “Realmente nos costó mucho, considerando que Sergio y yo somos un desastre en la cocina, en especial Sergio quien quemo la primera torta” el mencionado le dio un pequeño golpe en el brazo en forma de protesta “No fue mi culpa – se estaba excusando – de que ustedes anden bien cariñosos a esa hora y no escucharan la alarma del horno”. Ver la cara de disgusto de Sergio y a Mary y Javier riéndose por su pequeño descuido, me recordó el tiempo en el que estábamos los cuatro y tratábamos de reír ante la penumbra. Eso me sacó una pequeña sonrisa, y lo que pasaba después de mi sonrisa ya lo sabía.
     Los tres hicieron un gesto de logro, con una sonrisa poco siniestra, “¿era ese su objetivo desde un principio, no?” dije al descubrir su pequeño plan “No te puedes quejar – Mary hablaba por los tres – lo hacemos porque te queremos” Javier y Sergio asintieron y acto seguido comenzaron a cantar.
     “está a punto de llegar… ya van a terminar” me decía mi mente y el corazón me palpitaba aun mas rápido conforme recitaban cada letra de la canción mi presión se aceleraba, no quería que la canción tenga fin, terminaron de cantar. “Bueno… pide tu deseo y sopla las velas” dijo Mary, me quede unos segundos pensando que pedir, ahora si estaba en duda “deseo – pensó – apagar las velas y que no les pase nada a mi queridos amigos” me sentía ridícula pero no sabía que más hacer.
     Tome un poco de aire, para poder apagar las velas, en ese instante una pequeña ventisca de aire había entrado por la ventana. Cuando ya estaba por soplar las velas, algo extraño pasaba con Sergio tenía algo raro, como si quisiera evitar algo. Sople las velas, y sí, pasó lo que yo ya tenía previsto. La gran llamarada de fue salió de mi boca, pero unos segundos antes Sergio no pudo evitar hacer lo que estaba tratando de esconder.
     Al parecer la pequeña brisa de aire trajo consigo un poco de polvo, lo que a Sergio le provoco un gran estornudo haciendo que Mary volteara un poco la torta cubriendo su rostro del fuego que yo estaba disparando, sin intención. Los tres, Javier, Mary y Sergio, quienes se encontraban sentados como ranas, cayeron al suelo por el empujón que Sergio había dado a Mary y esta a Javier, librándolos del fuego.
     “¿Qué fue eso? – preguntó muy asustado Javier – acaso… ¡no me digas! ¿Ha vuelto? – el miedo se pudo notar en el rostro de mi amigo, en especial en el de Sergio quien sufrió más que los otros por culpa de esa persona y que hasta el día de hoy no se perdona por lo que había hecho, o por lo que le hicieron hacer - ¿Ha regresado el…?” “No digas su nombre – detuve a Javier antes que diga el nombre, o apodo, de la persona que tanto nos hizo sufrir, en especial a Javier, a quien arrebato de sus padre y no contento con eso los asesinó – por favor, es algo que no quiero volver a oír – fueron tres años los que estaba viviendo sin haber escuchado ese nombre y no quería volver a escucharlo nunca más – y no se trata de él, se los dije desde que me desperté y ustedes creyeron que estaba bromeando”.
     Sus rostros de tristeza se notaron a penas termine de hablar, se encontraban tristes por no haberme creído, pero eso no me animaba mucho, ¿Qué era lo que estaba pasando ahora?, “realmente lo sentimos, pero como puedes estar seguro que no fue él. Acuérdate – miró a Sergio, como pidiéndole disculpas por lo que iba a comentar a continuación – que él manipulo a Sergio por medio de su sueños – Sergio agacho la cabeza a penas Mary hizo recordar el pasado – discúlpame, Sergio – le froto la espalda – pero ese sueño que has tenido ¿no crees que también puede ser obra de él?”
     Las deducción de Mary eran ciertas, él pudo como no manipularme, pero él ya no existía. Recordé la carta que me dejó sus padres, ellos ahora estaban descansando en paz y con lo pude interpretar de sus palabras, estaba seguro que él ya no existía. “Todo está dentro de ti solo tienes que descubrirlo…” nuevamente esa frase voló por mi mente.
     “¡Fuego! – expresó Sergio casi gritando, algo había recordado. Todos lo quedamos viendo con el rostro dudoso, no sabíamos a que venía eso – eso es…” Javier arqueó una ceja y Mary se llevo una mano al rostro para tapar su vergüenza ajena “¿a caso no sabías como es el fuego?” preguntó Mary, quien aun no retiraba la mano de su rostro. “¡no es eso! – se defendió Sergio – él usaba siempre el fuego, en mis sueños uso este para manipularme, el fuego era por decirlo… – trató de buscar la palabra adecuada – su elemento” Javier y Mary vieron a Sergio como si este hubiera perdido el juicio “¿Cómo una persona puedo dominar elementos?” pensé que se preguntaban eso, pero Sergio estaba en lo correcto “No creo que te equivoques, ese día – ellos ya sabían a que me refería, hablaba del día en la que lo derrote – ustedes no lo vieron, pero yo saque fuego de mi mano y fue por eso que todo el templo se destruyó – todos escuchaban asombrados – y creó también que diste con la palabra indicada”
     Sergio se sintió bien por tener algo de apoyo, pero Javier y Mary aun seguían algo desconfiados “¿le estas dando la razón? – preguntó Javier quien aun no podía asimilar que esa persona ya no existía. Hierva mala nunca muere – ¿nos estás diciendo que hay quienes puedan dominar elementos como la tierra, agua, aire y fuego?” Mary se quedo pensando y al parecer también había caído en la cuenta y nos dio la razón a Sergio y a mi “Él no parecía humano, pero también ¿cómo puedes explicar lo que acaba de pasar?” Javier se resistía a la idea, pero una imagen vale más que mil palabras. “Sé donde podemos encontrar una respuesta, necesitamos un libro – Javier repitió en forma de pregunta la última palabra – sí un libro – volví a repetir – pero no uno cualquiera, necesitamos El Libro del Ángel Caído y yo sé donde está”
     Habiendo dicho esto caí en la cuenta, las voces de la pareja de ancianos resonaron en mi menta nuevamente “todo está dentro de ti solo tienes que descubrirlo… – y yo ya lo había descubierto lo que estaba dentro de mí era el fuego – eso te lo ganaste y muy valientemente…”

     Frente a la casa viendo directamente por la ventana del joven, quien se encontraba con sus tres mejores amigos, hermanos, una jovencita de un rostro muy fino, encapuchada, de negro, miraba con un rostro enfurecido directamente hacia ellos…

(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)

sábado, 8 de septiembre de 2012

Un Sueño Más


Luego de todo el asunto con el Guardián “terminara”, Javier, Mary, Sergio y yo, regresamos a “casa”. Sergio tuvo buenas noticias para Javier y Mary, ya que él decidió vivir nuevamente con ellos y ser parte de una familia. No fue lo mismo en mi caso, yo tuve que volver con la pareja de ancianos, quienes me habían dado hogar, comido, estudios y un cariño que no podía envidiar ni a los niños ricachones que los engríen con toda clase de cosas, menos lo mas esencial… amor.
     La despedida fue muy triste, en especial para Mary, quien ya se había acostumbrado a estar los cuatro juntos, pero no era como si no nos íbamos a ver nunca. Prometimos vernos cada vez que tengamos algo bueno, o sea casi siempre. Nos íbamos a esforzar por ser mejores y esa era una promesa. Javier trato de hacerse el serio, pero pude notar que unas pequeñas lágrimas se le caían lentamente de sus pupilas, las únicas palabras que me dijo fueron “seremos alguien, y gracias a ti, trataremos de superarnos, ya no viviremos como lo hacíamos antes”. Por otro lado estaba Sergio, quien no dejaba de secarse las lágrimas con las manos a cada segundo, aun no superaba lo que había hecho, o mejor dijo, lo que lo obligaron hacer “discúlpame, en verdad discúlpame, yo… yo nunca quise hacerle daño a ninguno de ustedes” eran las palabras que mayormente solía repetir. Nos dimos un fuerte abrazo de despedida entre los cuatro y me fui con un solo “nos volveremos a ver pronto”.
     Andaba por los mismos caminos, que ya había pasado en más de una ocasión. Claro estaba que los recuerdos iban a venir rápidamente a mi mente, pero esta vez, con forme venían a mi mente al poco tiempo se desvanecían. Ya había superado los problemas que habían pasado y ahora podía andar tranquilo, aparte de eso ya no había ni una amenaza. Solo hubo un recuerdo que tardó mucho más que otros en desvanecerse, era el recuerdo donde Lorin y yo nos fugábamos de la casa del Guardián “no cabe duda que el amor a primera vista… existe”.
     Ya me encontraba en la casa de la pareja de ancianos, que me habían tratado como si fuese su hijo, pero entre a la casa y algo parecía extraño. Mis padres adoptivos no se encontraban, lo que era extraño porque nunca, nunca, dejaban la casa sola, siempre se quedaba uno de los dos. Lo más raro era que la casa parecía no haber estado habitada en días, estaba sucia y algo desarreglada “que extraño…”. Comencé a ir por todas las partes de la casa a ver si encontraba alguna otra cosa fuera de lugar. En la sala, justo en el centro de la mesa de centro había una carta sellada, era lo único que resaltaba de toda la casa, ya que estaba aislada.
     “Si estás leyendo esta carta, es porque has acabado con nuestro hijo. Sí él es nuestro hijo, nosotros no éramos más que unos espíritus los cuales te trataban de proteger, porque ya sabes quien estuvo dentro de ti. Sentimos mentirte y no decirte nada de esto. Nuestro ciclo en este mundo terminó, y como ya no tenemos otro deber aquí podemos al fin, luego de años, descansar en paz… – las lágrimas, que me estuve forzando a guardar aparecieron, no por decepción, sino de felicidad. Este par de espíritus me trataron como un hijo, me hicieron sentir especial y sobre todo fueron los únicos que se preocuparon por mi luego de mis padres, después estaba la despedida tan larga que tuve con mis grandes amigos – Por ahora nuestra última voluntad es que puedas lograr tus metas y que no te olvides que todo está dentro de ti solo tienes que descubrirlo, eso te lo ganaste y muy valientemente. Queremos que te esfuerces por lo que quieres por eso te dejamos esta casa, nuestro testamento esta en nuestro cuarto bajo el colchón de la cama. La casa estará al nombre de tu tía – justo la persona menos indicada, ella era la persona más ambiciosa que pude conocer – no te preocupes, te conocíamos muy bien, está bien claro que cuando cumplas tu mayoría de edad la casa pasara directamente a tu nombre, no tendrás ningún problema legal. Esperamos te sepas cuidar bien, aunque eso ya lo sabes a la perfección, y nunca olvides de dónde vienes…”
     Terminé de leer y me lleve la carta al pecho, con la mirada hacia arriba y con los ojos lagrimeando hasta no mas pronuncié “Muchas gracias, no importa que yo los quiero…” pude sentir una brisa tan cálida y pareciera que me estaban abrazando.

Desperté en una mañana muy soleada, los rayos del sol que entraban por mi ventana me despertaron y una gran sorpresa me esperaba en ese instante. Estaban Javier, Mary y Sergio parados frente a mi cama. Mary sostenía una gran torta con unas dieciocho velas “¡Feliz cumpleaños!” gritaron al unisonó al ver que ya me había despertado “Venga levántate de una buena vez, no rechaces nuestro regalo que nos costó mucho preparar la torta”. Pude ver en el rostro de los tres que estaban algo manchados con harina, de verdad ellos eran unos grandes amigos.
     Me senté en la cama y como si fueran robots se acercaron a mí y se trataron de sentar frente mío y acercando la torta aun más, la cual ya tenía las velas prendidas. Al verme sonreír los tres en coro comenzaron a cantar la tradicional canción de cumpleaños, me sorprendió que los tres estén tan bien entonados, lo que me hizo sonreír aun más “Bueno… pide tu deseo y sopla las velas” me dijo Mary al terminar de cantar. Me quede un momento con los ojos cerrados, para que pensaran que estaba pidiendo un deseo, pero no deseaba nada más que esto unos muy grandes amigos, los cuales se preocupaban de mí. Volví abrir los ojos y soplé las velas, pero…
     La sonrisa de mis amigos poco a poco comenzaban a cambiar, su rostro de dolor me comenzaron a asustar y en especial lo que salía de mí. Al soplar las velas una gran llamarada de fuego salió de mi boca apuntando directamente al rostro de mis amigos, estaba viendo como ellos, lentamente, se estaban quemando.
     Desperté.
     “Fue solo un sueño” me dije, hasta que abrí bien los ojos y vi lo que tenía delante de mí “¡Feliz Cumpleaños!” gritaron al unisonó Javier, Mary y Sergio.
     Déjà vu…
     “Todo está dentro de ti solo tienes que descubrirlo…”

(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)