sábado, 24 de diciembre de 2011

Valor

     Después de lo que había sucedido quede en estado de shock. No podía sacarme de la cabeza la horrible imagen de Lorin arrancándole los ojos a Marco con esas terribles garras que tenía, esas cosas ya no eran sus mismas manos. En toda la recopilación de imágenes llegó una que me intereso, en la que la enfermera me decía: "Lamentento mucho decirte esto, especialmente porque aun eres un niño, pero tengo que ser sincera. No parece que su padre haya sido victima de un atropello, sus lesiones parecen mas una tortura que un atropello. Tiene arañazos en el rostro y otras varias partes del cuerpo, sus huesos del cráneo, brazos, piernas y costillas rotas y lo que es mucho más tenebroso y asqueroso - se acercó un poco más a mi - sus ojos no estaban....". No puede ser, Lorin tu....


Una semana después, luego de todo lo que había sucedido ese fatídico día, Javier, Mary y yo aun no podíamos asimilar lo que había sucedido, no podíamos salir por temor, no podíamos reír y no podíamos ver nuestras manos llenas de la sangre de nuestro compañero y amigo Marco. Los tres decidimos enterrar a Marco en el patio trasero de la casa. No podíamos solicitar ninguna ayuda, ya que ellos deberían de estar en un orfanato y yo con algún familiar, que por lastima quiera quedarse conmigo.


Las noticias del día a día eran mucho peores, cada día había alguna persona fallecida, al parecer por un psicótico que torturaba a sus victimas y luego las asesinaba arrancándole los ojos, según informaba el reportero. Pero yo sabía quien era ese psicótico, no era mayor y no era hombre, era una mujer y lo que lo hace aun más desconcertante es que era solo una niña.


Ya no podía más, sentía que tenía lo culpa de todo. La mirada desdeñada de Marco y las lágrimas derramadas cada noche de Mary me dolían demasiado ya que por mi culpa Lorin estaba con ellos, por mi culpa los otros se fueron y por mi culpa Lorin hizo lo que hizo.


Me arme de valor, tomé mi mochila y guarde lo necesario. Mi deber era solo uno, tratar de detener a Lorin sea como sea. Encontrarla iba a ser difícil, pero tenía una pista, el último asesinato que ella había cometido, ahí era mi lugar de partida, desde ahí debería empezar mi búsqueda. Salí de la casa de El Guardián y como era de esperar Marco y Mary no me retuvieron, me dejaron el camino libre. Podía escuchar el lloriqueo de Mary y aun podía sentir en mi espalda la mirada disgustada de Marco.
Solo una lágrima cayó de mi ojo derecho...


Mi sexto gran error, aceptar todo la culpa...


(Esta historia es ficción, cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario